Cómo Joomla se convirtió en mi Ikigai

Joomla es algo técnico y serio, lo admitimos, pero le dedicamos mucho tiempo y acaba ocupando mucho espacio en nuestras vidas.

Como resultado, nuestra relación con Joomla se vuelve filosófica, incluso metafísica...

" La meta es el camino ", escribieron Confucio o Goethe (eliminar según corresponda), así que intentaré compartir con ustedes el camino que he tomado con Joomla.

Me encontré con Joomla por casualidad, aunque algunos dirían que las coincidencias no existen.

Justo cuando estaba perdiendo interés en mi trabajo, justo cuando nacían mis hijos, justo cuando me tomaba un descanso para echar un vistazo a mi vida y tomar algunas decisiones impactantes, me encontré con un artículo que hablaba de Joomla! para Mambo, Lo probé, descubrí su estructura y me enamoré de él.

Me encantó este software, estructurado de una manera que tenía sentido para mí como principiante, y cuyo nombre, que significa "todos juntos", resumía lo que esperaba en la vida: compartir y solidaridad.

Joomla se convirtió en una parte permanente de mi vida ¡Eso fue hace 18 años!

Los años del explorador.

Tomé una excedencia para cuidar de mis hijos recién nacidos.

Nada extraordinario... me necesitaban, necesitaba reflexionar un poco y necesitaba tiempo para dárselo.

Dedicarte tiempo a ti mismo te permite reenfocarte, pero no es un acto egoísta: abre perspectivas de las que también se benefician quienes te rodean. Ser feliz hace felices a los demás.

Así que solía trabajar en el jardín y hacer trabajos ocasionales con mis bebés, y sus pocas siestas me daban tiempo para explorar Joomla, aprender y comprender, siempre con entusiasmo.

Conociendo gente nueva…

Después de 4 años decidí dar el paso profesional, con el temor de no tener las habilidades necesarias para ejercer esta nueva profesión.

Conocí gente, cada una tan amigable como la otra, en foros, en reuniones para intercambiar ideas sobre software libre, y un día uno de ellos me invitó a mi primer Joomladay.

¡Fue otra revelación!

Entendí lo que decían los hablantes, y este mundo, que parecía fuera de mi alcance y al que tenía miedo irracional, ¡me convertí en parte de él y hablé su lenguaje!

Poco a poco me estaba convirtiendo en un Joomler, pero ¿tal vez lo había sido todo el tiempo sin darme cuenta?

Mis amigos de Joomla me abrieron puertas, me dieron ideas, me apoyaron y me animaron a compartir todo lo que había recibido, me tomé tiempo para responder preguntas en los foros, traducir documentación, capacitar a quienes lo necesitaban y eso siempre me dio gran placer.

...y almas gemelas

También descubrí que muchos de mis compañeros habían seguido el mismo camino, tenían el mismo enfoque, compartían las mismas orientaciones y, sobre todo, tenían la misma sed de conocimiento y la misma curiosidad. He conocido grandes almas, personas serenas y algunos heridos, he tenido el placer de hacer verdaderos amigos, la alegría de encontrarlos físicamente, la tristeza de perder a algunos a veces...

Encontrar el propósito

Una de mis pasiones es la lectura, lectura filosófica entre otras, que permite a todos cuestionarse, orientarse y contribuir a un mundo mejor.

Así que tuve la oportunidad de leer libros sobre el secreto japonés para vivir una vida larga, saludable y feliz.

Desde consejos de fitness hasta consejos de dieta, descubrí que, según los japoneses, todos poseemos un Ikigai: una razón de existir, que nos impulsa a levantarnos cada mañana y tomar las riendas de nuestra vida.

El principio es simple: algo dentro de nosotros existe, es nuestra razón de ser.

Ikigai es un concepto en la encrucijada de:

en qué eres bueno
Por qué te pueden pagar
lo que el mundo necesita
lo que amas

Puedes buscar el tuyo propio, y una vez que lo hayas encontrado, necesitarás cultivarlo, porque te da fuerzas para levantarte cada mañana.

Para algunos será la botánica, para otros la cocina, la escritura de un libro, el entrenamiento físico… lo fundamental es encontrar el equilibrio adecuado entre los conceptos anteriores.

Y si...?

Entonces, como puedes imaginar después de leer mi historia, busqué mi Ikigai, me hice preguntas y finalmente la respuesta se reveló: ¿y si fuera Joomla?

Soy bueno en eso (bueno, no tan mal)
Me pueden pagar por ello (aunque sea un poco, lo suficiente para sobrevivir)
El mundo lo necesita (compartir, amor, solidaridad)
y sobre todo me gusta Joomla

Así que creo que he encontrado mi Ikigaï en Joomla, no descarto que me haya equivocado, pero mientras tanto voy a cultivarlo, cuidarlo y asegurarme de que contribuya a mi vida sana y feliz vejez.